La Sentencia Mala. La Sentencia Buena. La Confortación del Ángel

    El Piadoso y Antiquísimo Coro es garante de que se mantenga la tradición de cantar la Sentencia Buena, la Sentencia Mala y la Confortación del Angel que se interpretan en el Sermón del Paso la mañana del Viernes Santo en la Plaza de España.

    Sentencia Buena.

    Por Decreto de Dios Padre
    Su siervo humanado es
    Para poder por el hombre
    Padecer Pena de Muerte
    Sin culpa será condenado.
    Derrame su sangre inocente,
    En la cruz despedazado
    Aplaca justo el rigor.
    Destruye Muerte y Pecado.
    De tu furor enojado
    El hombre será libertado
    y el culpable condenado.
    Muera el Cordero Inocente
    Y viva el hombre delincuente.



    Confortación del Angel.

    ¡Oh dulcísimo Jesús, mansísimo Cordero!
    Hijo de Dios Eterno y Verdadero.
    El poder del cielo, tu Padre, a mí me envía
    Para consolar tu pena y tu agonía.
    En tu sangre estriba
    Que al morir y padecer por el hombre
    Todo el orbe viva.
    Pues te ofreciste al Padre
    Y has de obedecer
    A la Divina Justicia.


    Sentencia Mala.

      Yo, Poncio Pilato, Presidente del Imperio Romano
   Dentro de mi palacio sentencio, juro y pronuncio
   Y condeno a muerte en cruz a Jesús
   llamado de la plebe Nazareno,
   Por ser hombre revolotoso y embustero
  Contrario a la ley de nuestro gran Emperador Tiberio César.
  Y por esta mi sentencia determino que su muerte sea en cruz,
  La que llevará sobre sus mismos hombros por las calles más públicas de la ciudad.
 Será conducido entre fuertes soldados
 Hasta llegar al lugar más eminente del Monte Calvario
 Donde será fijado con tres clavos.
 Será arrojado de la ciudad
 para que sirva de escarmiento a los maloshechores.
 Muera con toda ignominia
Aquel que se hacía hijo del Eterno Padre,
Siendo hijo de una María desgraciada
Criado entre las tristes miserias de un pobre carpintero.                                                               
Muera para que con su falsa doctrina no nos pierda a todos.
   ¡Muera, muera, muera, muera, muera Jesús Nazareno!